Una chica con bragas rojas se baña cada día aquí.
He venido a dibujar cerca del río con la idea de ver pasar gente cargada después del mercado. Dos personas cargadas. Muy cargadas. Con burro, mobylette, carreta… Y, de hecho, no hago más que pintar una y otra vez a la chica de las bragas rojas, que me deleita con posturas de lo más artísticas. Está bien así.
Primero, lava la vajilla; luego, la ropa que lleva. Mientras ésta se seca, ella se lava en bragas, luego lava sus bragas y se vuelve a poner el vestido casi seco. Se marcha con la vajilla sobre la cabeza y la braguita roja mojada en la mano. Debe de secarse antes de llegar a su casa.
Texto y dibujo incluidos en Cuadernos de África, de Miquel Barceló (2003)