emperifollados

Carmen Martín Gaite

La verdad es que los novios, incluso los más ardorosos, no sabían dónde ir. En el marco de una sociedad tan precaria económicamente como la de los años cuarenta donde ningún joven tenía coche ni un pisito de soltero, los novios vivían al raso, desterrados. Sus excursiones a las afueras, sobre todo cuando llegaba el buen tiempo, eran consideradas con alarma. Y se le atribuía una perniciosa complicidad a la bicicleta, el único diablo de dos ruedas que favorecía un desplazamiento sin testigos.

Las mujeres admiten toda clase de libertades procedentes del sexo contrario, acentuadas en los noviazgos, siendo de notar la perjudicial influencia que la generalización del uso de la bicicleta ha producido en orden de las excursiones lejos de la ciudad.*

Otro recurso, más invernal éste, era el de meterse en un cine, procurando conseguir la última fila. Los cines, según un informe de la época se habían convertido en

...verdaderos antros de lascivia, en los cuales se compra y se paga el deleite fugaz de unos minutos al amparo de la oscuridad.*

Este tema de la inmoralidad en los cines, que llegó a preocupar como una cuestión de Estado, provocó algunas medidas de tipo inquisitorial por parte de las autoridades de provincias.


Usos amorosos de la postguerra española, de Carmen Martín Gaite (1987)

*La moralidad pública y su evolución (1944)

Fotografías de Weegee tomadas en salas de cine de Nueva York (1945)

Carmen Martín Gaite, La moralidad pública y su evolución, Usos amorosos de la postguerra española, Weegee
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