Ya lo sé, no debería confesarlo,
pero tiemblo cuando su mano me toca.
¡Ay! ¿Qué es lo que me ha pasado?
Rezo porque me seduzca.
¡Antes, ni cien caballos me arrastraban al pecado!
Si por lo menos no lo deseara tanto.
Si a tal punto a su amor me resistí
lo hice solamente porque estaba segura
de que antes de desnudarme para él
ya estaba más que desnuda.
¡Pero él ni se preocupa de mi espanto!
Si por lo menos yo no lo deseara tanto.
Dudo que me Ilegue a los zapatos.
¿Qué querrá de mí? ¿Amor? ¿Pasar el rato?
Cuando se haya gastado todos mis ahorros,
¿a qué vertedero iré a dar con mis despojos?
¡Ay, sé bien por qué me defendí con tanto llanto!
Si por lo menos no lo deseara tanto.
Si yo tuviera un gramo de sentido,
de entrada le daría su merecido.
Su oferta miserable jamás debí aceptar
como sucedió, cuando se me arrimaba tanto.
¡Que el infierno se lo trague, falso santo!
(Si por lo menos no lo deseara tanto).
Canción de la viuda enamorada, de Bertolt Brecht
Témpera sobre fotograbado antiguo de Ruth Marten perteneciente a la serie All about Eve (2023)