Hoy, vemos mujeres que escriben explícitamente y honradamente sobre el sexo y sobre lo que ocurre en el cuerpo y la mente femenina durante el amor. Algunas son maravillosas escritoras.
Pero, por muy liberadas que estén expresan la necesidad de correr un velo púdico para disimular el reconocimiento de su propia sexualidad. Lo que escriben se llama «ficción». Yo encontraría interesante e incluso útil quitarse este velo para avanzar un paso suplementario hacia la liberación de todos, mujeres y hombres.
Porque ningún hombre puede realmente liberarse en la cama en compañía de una mujer que no lo está.
Mi jardín secreto, de Nancy Friday (1973)
Pintura: Red letter nº5, de Jen Mazza (2007)