emperifollados

Cervantes



Había el arriero concertado con ella que aquella noche se refocilarían juntos, y ella le había dado su palabra de que, en estando sosegados los huéspedes y durmiendo sus amos, le iría a buscar y satisfacerle el gusto en cuanto le mandase. Y cuéntase desta buena moza que jamás dio semejantes palabras que no las cumpliese, aunque las diese en un monte y sin testigo alguno, porque presumía muy de hidalga, y no tenía por afrenta estar en aquel ejercicio de servir en la venta, porque decía ella que desgracias y malos sucesos la habían traído a aquel estado.


Don Quijote de La Mancha, de Miguel de Cervantes (1605)

Dibujo de Eusebi Planas (s.XIX)

Don Quijote de La Mancha, Eusebi Planas, Miguel de Cervantes
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