Tú sostuviste mi flor de loto en
Tus labios y jugaste con
El pistilo. Utilizamos un trozo de
Mágico cuerno de rinoceronte
Y no pudimos dormir ni un instante.
Durante toda la noche, la
Preciosa cresta del gallo se mantuvo
Erguida. Durante toda la
Noche, la abeja se aferró, trémula,
A los estambres de las flores.
¡Oh, mi dulce joya perfumada! Sólo a mi
Señor permitiré poseer mi
Sagrado estanque de loto y todas
Las noches te dejaré que
Hagas brotar en mí flores de fuego.
Huang O (siglo XVI)
Pinturas de Georgia O'Keeffe (siglo XX)