Has de saber que tuve cinco maridos; fea no soy. Pero mi atractivo no está en las nalgas, porque soy flaca. Tengo el don de atraer a hombres y mujeres porque nací con un sexapíl brutal. Hay algo en mí que domina, seduce y arrebata. Como si les despertara el animal que llevan dentro. Me explico: un perro reconoce a otro perro, de aquí a la esquina. Bueno, un mafioso reconoce a otro. Se huelen, se atraen. Una vez, en la calle, estaba un batallón de granaderos hablando muy quitados de la pena, y cuando pasé frente a ellos se quedaron mudos, mirándome con la fijeza con que se observa a la hembra con la que vas a aparearte. No deja de ser curioso que hasta la policía sienta mi llamado; yo, que los quiero lejos. Pero también ha de ser porque policía y delincuente pueden ser ramas del mismo árbol.
Fragmento del cuento Piel bandida, de Josefina Estrada (2014)
Dibujo a tinta de Gabriele Di Caro (2013)