Jadeante cogí su mano y la aplasté bajo la húmeda piel de mi seno izquierdo. Y mientras, volvía la cabeza de un lado a otro y movía mis labios sin hablar.
Mi corazón enloquecido, brusco e inflexible, golpeaba y golpeaba mi pecho como lo haría un sátiro prisionero, encogido en un odre. «Te duele el corazón…», me dijo.
«Mnasidika, le respondí, el corazón de las mujeres no está aquí. Éste es un pobre pájaro, una paloma que bate sus débiles alas. El corazón de las mujeres es más terrible».
«Semejante a una pequeña baya de mirto, arde en roja llama bajo abundante espuma. Allí es donde siento que muerde la voraz Afrodita».
El corazón, fragmento de Las canciones de Bilitis de Pierre Louÿs (1894)
Ilustración de Franz Von Bayros