Ya de adolescente solía contemplar mi primera infancia con cierta nostalgia, cuando no era más que un niño bobalicón y distraído que caminaba por la calle mascando chicle y leyendo cómics. No sabía qué pasaba ni de qué iban las cosas, era pasivo, blando y despistado.
Entonces mi sexualidad empezó a despertar. ¡Dios, qué dolor! La lujuria me consumía. En verano de 1956, solía mirar a Sheena, reina de la selva, con Irish McCalla de protagonista, en un canal difícil de sintonizar, y solo pensaba en que llegara la hora de ir a la cama para fantasear libremente con la selvática. En la serie, Sheena siempre rescataba al explorador blanco, «Bob», de algún peligro, que solía presentarse en forma de unos amenazadores indígenas negros.
Soñaba con mujeres grandes y, desde entonces, mi sexualidad ha sido algo extravagante, como bajo un estado de estancado desarrollo, que me hace desear la conquista de mujeres grandes, fuertes, poderosas. No sé por qué, pero es así.
Recuerdos y opiniones, de Robert Crumb (2005)
Viñetas de
My troubles with women, de Robert Crumb